Pienso, luego existo: El significado psicológico de esta frase de Descartes

Pienso, luego existo: El significado psicológico de esta frase de Descartes

¿Qué significa la frase de Descartes: pienso, luego existo? ¿Se pueden controlar nuestros pensamientos? Descubre el significado de esta famosa frase de Descartes y su aplicación psicológica.

En nuestro día a día a pesar de que en un primer instante no nos lo parezca, no hay nada que sea realmente seguro para nosotros. Incluso algunas verdades que pueden parecer obvias son generan dudas si nos las planteamos. Descartes, el filósofo francés tuvo también estas dudas, pero fue más allá para intentar buscar si realmente podría haber alguna verdad que fuera irrefutable. Fue así como mencionó la famosa frase, pienso luego existo.

Pienso luego existo: Explicación

Cogito ergo sum es una de las frases de Descartes más conocidas dentro del conocimiento filosófico y la cultura. Esta frase se traduce en el pienso luego existo en español, pero en realidad debería decirse pienso, después existo. La razón de ello esque el cogito ergo sum y su significado se extraen de la conclusión a la que llegó Descartes para intentar extraer una realidad que fuera realmente verdadera. 

La conclusión de primero pienso, luego existo extraída por este filósofo francés es una de las bases del racionalismo, la corriente filosófica que acentúa el papel de la razón para adquirir el conocimiento.  Descartes llegó a esta frase filosófica como una conclusión de sus teorías. A través de sus pensamientos este autor quería buscar algo concreto en lo cual se base la razón, es decir una verdad inquestionable con la que basar todo el demás conocimiento. 

Para poder llegar al cogito ergo sum y a su significado, Descartes empezó a dudar de todo lo existente a su alrededor (conocido como duda metódica). Al dudar de todo solo puede reconocer un punto que es indudadable: aquel en el que surge su propio pensamiento, su raciocinio. Sea lo que sea este ‘yo, es innegable que es indiscutible que este existe y por lo tanto puede ser una base de la objetividad de nuestra existencia. 

Pienso luego existo: Significado

El significado de cogito ergo sum es claro: los seres que pensamos existimos. Esta es una realidad irrefutable. Puede ser que como pensadores estemos en una ilusión o viviendo en la matriz, pero lo que es completamente real es que en estos momentos estamos pensando. En Descartes y sus frases podemos comprobar que lo único de lo que no se puede dudar es precisamente de que existimos (a pesar de que lo que nos rodea puede ser que no lo haga). 

Pienso. luego existo y su significado

El problema de creen en pienso y luego existo o en el pensamiento de Descartes es que la mayor parte de las personas cree que eso no se puede cambiar, es decir, que nuestros pensamientos son automáticos, libres y nosotros somos meros espectadores de ellos. Pero esto no es así. Nuestros pensamientos sí se pueden controlar y modificar, ya que nosotros somos quienes los creamos. ¿No es ésa una gran noticia? Tenemos el control sobre nuestra mente, y si uno aprende a hacerlo, puede cambiar en muchos casos su forma de sentir y comportarse. Para entender esta frase al 100% antes hay que desmitificar una segunda creencia: el poder de nuestros pensamientos.

¿En qué nos influye el pienso, luego existo?

La duda metódica de Descartes nos llevó a una conclusión que quizá hoy en día tenga más relevancia de la que nos imaginamos. Creer en el pienso, luego existo o en el cogito ergo sum, significa pensar que somos seres predefinidos y que no podemos cambiar nuestra manera de pensar. Los pensamientos son algo poderoso y hacen destacar al ser humano, es por todo lo que nos influye. Nuestra manera de pensar modifica nuestra manera de sentirnos y, en consecuencia, de comportarnos. Muchas de las veces en que nos sentimos molestos o enfadados se debe a que llevamos un tiempo rumiando sobre ello, generando determinadas emociones y comportamientos, no siempre ideales.

Es cierto que hay situaciones en concreto que nos hacen sentir de una forma determinada (e.g.: una situación aversiva, como un despido, puede hacernos sentir mal, o enfadados) sin embargo, nuestros pensamientos tienen el poder de aumentar o disminuir esas emociones (si estamos todo el día pensando en eso y pensando en lo desgraciados que somos, entrando en el negativismo o catastrofismo, lo más probable es que nos sintamos aún peor; sin embargo, si intentamos redirigir esos pensamientos y no pensar en ello o cambiar la perspectiva de la situación, puede ayudarnos a verlo de otra forma y por tanto sentirnos diferente. Seguiremos sintiéndonos mal por ese despido, pero al final lo afrontaremos de forma distinta, actuando por ello también de diferente manera.) ¿Acaso éstas no son razones suficientes para motivarnos a querer cambiar y controlar nuestra forma de pensar? Lo que hay que saber ahora es cómo controlarlo.

¿Cómo controlar nuestros pensamientos?

Es cierto que para llegar a poseer dicha habilidad se necesita tiempo (como todas las habilidades, por ejemplo montar en bici); sin embargo, con práctica y esfuerzo podrás conseguir ser todo/a un/a experto/a en el control de tus pensamientos. Aquí van algunas claves para ayudarte a empezar con tu entrenamiento:

¿Qué significa pienso luego existo?

1. Tener consciencia

Ser consciente de que se puede modificar, y creer plenamente en ello: no hay nada como estar seguro/a de lo que uno/a hace. Esa seguridad y confianza en que tú puedes hacerlo te dará fuerzas para conseguirlo.

2. Prestar la máxima atención

Poner máxima atención en detectar dichos pensamientos: Es muy importante (sobre todo al principio) estar muy atento/a a esos pensamientos inadecuados o disfuncionales que te están generando malestar o no te están ayudando, para poder detectarlos al principio de ese pensamiento y poder actuar sobre él, antes de que te genere una emoción inadecuada.

3. Identificar el tipo de pensamientos

Tener claro cuáles son los pensamientos irracionales o desadaptativos que quieres combatir: cuando hablamos de controlar los pensamientos no nos referimos a vivir en un mundo irreal en el que sólo se piense en términos positivos. Se trata de frenar los pensamientos irracionales (sin validez) o desadaptativos (aunque sean reales, no nos están ayudado) que nos impiden vivir tranquilos y afrontar mejor nuestros problemas. Hay muchas guías donde explican algunos tipos de pensamientos irracionales que tenemos los seres humanos. Te puedes ayudar de esas categorías para poder detectarlos con más facilidad, aunque lo importante es que al final sepas discriminar cuando un pensamiento necesita ser descartado.

4. Razona tus pensamientos

Una vez los tengas detectados, está en tu mano saber si debes razonar y debatirlos, o eliminarlos directamente porque ya sabes que no son ni evidentes ni te ayudan a seguir. Este último paso puede ser más complicado, especialmente cómo hacerlo de forma adecuada y eficaz. Por ello se aconseja contactar con un profesional que pueda entrenar en las estrategias más eficaces para cada caso en particular.

Recuerda, no es un trabajo fácil y requiere de mucha práctica conseguir esa habilidad, pero una vez se consigue es potentísimo. Ahora ya conoces el secreto: puedes controlar tus pensamientos. ¿A qué esperas para empezar?

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