Delimitar las generaciones nos permite comprender cómo los acontecimientos globales y los cambios que conllevan (tecnológicos, económicos y sociales) interactúan para definir la manera en que la gente ve el mundo, ya que estas generaciones son grupos sociales que, por haber nacido en la misma época comparten rasgos culturales,
intereses y desafíos. Hasta el día de hoy se han planteado ocho generaciones: Silent Generation (1930-1948), Baby Boomers (1949-1968), Generación X (1969-1980), Millenials (1981-1993), Generación Z (1994-2010) y los conocidos Generación T, los nativos digitales.
La pandemia a causa del COVID-19 desafortunadamente ha dejado muchísimos fallecidos, pero de igual manera ha habido millones de nacimientos; bebés que han pasado sus primeros meses de vida en confinamiento y que a consecuencia de esto su desarrollo será de manera muy distinta. Esta es la nueva generación de pandemials, también conocidos como <coronials>, nacidos en plena contingencia mundial u obligados a entrar en aislamiento social a una corta edad.
Lo único que ellos han visto es un mundo en crisis sanitaria, económica y ambiental y sus vidas han sido marcadas por expresiones como “la nueva normalidad”, “la curva”, “asintomático” pero, sobre todo, rodeados de adultos con emociones excesivas de incertidumbre, ansiedad y espera.
El impacto emocional y las secuelas a futuro aún son incalculables e inesperadas, ya que por primera vez el mundo atraviesa una problemática de este tipo, y estas consecuencias, solo podrán ser abordadas adecuadamente hoy más que nunca por profesionales de la salud y ciencias humanistas y sociales.
Algunos aspectos que debemos tomar en cuenta sobre esta nueva generación son:
- El poco contacto social. La mayoría de estos niños solo conocen de los brazos de sus padres a la sala de su casa. Si bien, el abrazo o el beso en un saludo son las formas más comunes de afecto, ellos solo lo han obtenido de los seres más allegados tal como lo son sus padres o hermanos. El distanciamiento social ha afectado la manera de relacionarnos, convirtiendo la forma en la que nos comunicamos en un proceso mucho menos afectuoso y más protocolario.
- Expuestos 24/7 a la tecnología. Nuestro mundo se trasladó de un día para otro a Zoom y a las plataformas escolares, sociales y laborales que recopilan nuestras actividades diarias; el avance de las tecnologías va parejo al crecimiento de los niños, que ahora reconocen como <normal> esta nueva forma de comunicarse y relacionarse con su entorno. Aunque la OMS no recomienda la exposición a pantallas de los menores, esto se ha vuelto sumamente difícil de evadir. Lo que se conoce como el fenómeno de la hiperconectividad.
- Un estado constante de crisis. Si bien, son niños que han crecido en un contexto resiliente y que han atravesado momentos duros, palparán estrés agudo, ansiedad e incluso la muerte pronta de las únicas personas que detectan en sus círculos más cercanos; ellos alcanzan a distinguir la ansiedad y la depresión, percibiendo este estado como el ritmo normal de su vida.
Es importante como padres o redes de apoyo a menores brindar afecto y atención a los niños, ahora más que nunca, que permita implementar patrones positivos. Si bien, los niños tienen capacidades adaptativas impresionantes, se requerirá constante comunicación constante teniendo muy en mente que son esponjitas que absorben todo lo que está a su alrededor y que no se debe manejar con mentiras o historias que oculten la realidad. Las consecuencias de esta pandemia pueden ser graves y afectaran las formas de vivir y de socializar.
Si como adulto, requieres asesoría o apoyo para llevar a cabo tus obligaciones como tutor o padre de familia, puedes acudir con nosotros; contamos con un profesional de la salud que sabrá ayudarte de la manera que lo necesites.
“No es el más fuerte de las especies el que sobrevive, tampoco es el más inteligente el que sobrevive. Es aquel que es más adaptable al cambio”- Charles Darwin
Arantxa Jalife.