¿Inteligencia es igual a liderazgo?

¿Inteligencia es igual a liderazgo?

¿Cuáles son las cualidades de un buen jefe? ¿Debe ser este inteligente y conocer todos los temas de su empresa, o simplemente tiene que ser un buen gestor?

Ni todas las personas inteligentes sirven para ser jefes ni todos los jefes son los más inteligentes de su empresa. Esto es una obviedad, pero entonces ¿qué tiene que tener un buen jefe para que sepa sacar lo mejor de sí mismo a su equipo?

Qué duda cabe de que la inteligencia es un valor sumamente destacado para convertirse en un experto en la empresa, pero ello no va de la mano de la capacidad de dirección. Pongamos un ejemplo donde se ve claramente lo que decimos. Un reputado cirujano cardiovascular de un determinado hospital es un destacado experto en su campo, una persona muy inteligente que cuenta con una amplia experiencia en materia sanitaria. Pero ¿ello lo convierte en un buen jefe, en un buen director de ese hospital? Puede ser que se convierta en un excelente gerente y sea capaz de dirigir el centro de manera acertada, pero también puede ser que se convierta en un gestor horrible al que nadie soporte y que lleve al hospital a la ruina porque el personal se marche o pierda ayudas, proyectos de investigación e ingresos públicos.

Por tanto, el liderazgo y la capacidad para dirigir a un equipo (ya sea dentro de un proyecto, ya sea en el seno de una empresa o de una institución determinada) no tiene tanto que ver con que una persona sea lista o no, sino con el hecho de que sepa motivar a su equipo, sea capaz de dirigirlo y extraer lo mejor de sí mismo para que el proyecto que él lidera sea eficiente. ¿Y cómo se consigue esto? Con entusiasmo, con esfuerzo y con mucha mano izquierda. La persona que desea ostentar cierta responsabilidad en una empresa o centro de trabajo debe ser un profesional al que le guste organizar y dirigir a la gente, que cuente con cualidades como la empatía y la paciencia, pero también la asertividad; que tenga capacidad de liderazgo y persuasión, así como seguridad en sí mismo para transmitir su estrategia de manera clara; que sea organizado, respetuoso con todos los que componen su equipo de trabajo y conozca de primera mano  las necesidades de la empresa o del proyecto, las aptitudes de cada perfil profesional que lo forma y sepa cómo conjugar ambos aspectos sin poner en riesgo a ninguno de ellos. En definitiva, tiene que ser inteligente, sí, pero ni es este un requisito imprescindible ni debe ser el único. Debe ser algo más que eso. Puede ser una persona muy lista a la que le guste dirigir y coordinar al personal o puede no ser el más inteligente de la empresa pero presumir de una excelente capacidad para gestionar y dirigir equipos que ya quisieran otros.

Por supuesto, querer liderar un grupo no siempre significa que seamos capaces de ello, pues es una habilidad que requiere práctica, formación y experiencia, por lo que para ser un buen jefe también hay que aprender a serlo y la inteligencia emocional es una herramienta eficaz para conseguirlo. Eso sí, sin la motivación adecuada y sin ganas de serlo, todo ello no sirve para nada.

https://www.mundopsicologos.com/articulos/inteligencia-es-igual-a-liderazgo