A día de hoy se podría decir que no hay una única causa del TAP. Se está investigando sobre causas géneticas, epigenéticas (factores ambientales o del contexto que influyen en la alteración genética) y socio-culturales. Todas ellas influyen en el desarrollo del trastorno.
Hace relativamente poco se estrenó la película del Joker, un personaje que encarna el trastorno antisocial de la personalidad que acaba subiendo de nivel y se convertirte en un psicópata. Personalmente me gustó mucho la película porque nos deja entender que a veces, el factor socio-cultural y epigenético son los que mayor peso tienen en las enfermedades mentales. Además, consiguen que el espectador sienta lo que siente el protagonista y nos lleva a justificar sus acciones psicópatas.
El personaje del Joker es un hombre que sufrió malos tratos, abuso sexual y abandono en su niñez, es decir, desarrolló un trauma complejo y años después, fue humillado y abandonado de nuevo por la sociedad. No todo el mundo que tenga estas circunstancias acaba desarrollando un TAP, pero en el caso de tener cierta vulnerabilidad genética con este contexto es muy fácil desarrollarlo.
De todas formas, ante esas circunstancias no todo el mundo va a desarrollar Trastorno Antisocial de la Personalidad, pero posiblemente sí desarrolle un trauma complejo, estrés postraumático (TEPT), disociación, trastorno límite de la personalidad (TLP) o trastornos de alimentación (TCA), por ejemplo.
Hay que tomar conciencia en cómo nos relacionamos con los demás y dejar de excusar muchas veces que las personas están enfermas mentalmente y enfocarnos más en las circunstancias que han podido desencadenar que lleguen hasta ese punto. Con esto no quiero justificar ningún acto delictivo, solo quiero que nos paremos a reflexionar para una posible prevención de los Trastornos de la Personalidad y otras patologías.